Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.
Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.
El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.
3 comentarios:
Compañero Baldomero.
Me gusta y mucho ese Chopo. Seguro que te da muchas alegrías. Tiempo al tiempo.
Saludos.
José Antonio,Dios te oiga, y que salga bueno que falta me hace, que estoy totalmente desalmado, y me hace falta alguna alegría para recuperar la ilusión de nuevo, buena pinta tiene pero ya sabes bien que donde se ve es en el tanto y ahí es donde tiene que estar guapo, con un miura a sus pies. Un abrazo desde Almeria.
Joder, amigo Baldomero.
Olvídate de la palabra desánimo y cámbiala por las de ilusión y paciencia, base de todo perdigonero.
Siempre vendrán tiempos mejores, ya lo verás.
Un saludo.
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