Ayer me visito, mi primo Manolo, gran maestro cuquillero, ya lo dije una vez habrá muchos como el, pero mejor muy poquitos. Visita corta pero intensa, con su mujer, su hijo Abel, y su nietecita Naiara, no me extraña que este loquito, con su nieta pues es una muñeca, que dan ganas de comérsela, de lo graciosa y bonita que es. Primo gracias por tu visita, y ORGULLOSO de ser tu Primo. Un abrazo apretao.
Soleando mis Reclamos, mientras me entretengo en algo.
Tomando el solecito, que les doy a diario, poco a poco para que no se me ponga muy morenos.
El potaje, que ha hecho hoy mi Madre, de castañas asadas y boniatos.
Y mientras soleo a mis reclamos, he hecho el diseño para hacer una base, por si me da la idea de embragar algún pájaro, así que el lunes continuare con la faena, y construire la plataforma base para el pájaro, a ver que me sale, ya os lo mostrare, con o sin pájaro.
Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.
Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.
El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.
Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.
El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.
18 de noviembre de 2011
MI PRIMO MANOLO, MAESTRO CUQUILLERO
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