Hace una semana que lo di, y no veas como lo echo de menos, pero por circunstancias de la vida lo he tenido que regalar. Cuando llego a la parcela, y no siento su ladrido y no veo el meneo de su cola, con su jopo blanco siento como un nudo por dentro, y es que en la vida a veces hay que tomar decisiones, que aunque te duelan, como a mi me ha dolido tomar esta, que es la de dar un gran perro, noble, inteligente, y un buen compañero de caza, deja un vacio tan grande que dificilmente se pueda rellenar. Se lo he regalado a mi gran amigo Indalecio Nano, que con el estará incluso mejor que con migo Ya que el sale todos los fines de semana de cacería, y siempre corren algún conejete, ya que en su coto aun quedan algunos, y de esto seguro que el norte se alegrara. Así que dentro de lo mas malo es que lo puedo ver de vez en cuando.
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