Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

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19 de septiembre de 2010

Mi NORTE. Como te echo de menos

Hace una semana que lo di, y no veas como lo echo de menos, pero por circunstancias de la vida lo he tenido que regalar. Cuando llego a la parcela, y no siento su ladrido y no veo el meneo de su cola, con su jopo blanco siento como un nudo por dentro, y es que en la vida a veces hay que tomar decisiones, que aunque te duelan, como a mi me ha dolido tomar esta, que es la de dar un gran perro, noble, inteligente, y un buen compañero de caza, deja un vacio tan grande que dificilmente se pueda rellenar. Se lo he regalado a mi gran amigo Indalecio Nano, que con el estará incluso mejor que con migo Ya que el sale todos los fines de semana de cacería, y siempre corren algún conejete, ya que en su coto aun quedan algunos, y de esto seguro que el norte se alegrara. Así que dentro de lo mas malo es que lo puedo ver de vez en cuando.

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