Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

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12 de diciembre de 2010

Un dia de campeo por el coto

Cuantos años llevaran estas piedras puestas ahi.

Aqui, con el maestro Juan pedro, y el que suscribe

Aqui, el amigo Luis y Manolo, con unos compañeros sembrando en el coto



Aqui, una vista del coto el Marques, desde la parte mas alta, y como dice el amigo, Jose Fuentes
dueño del coto, la Perdiz y la Oveja quieren reja, osea labrar y sembrar.



1 comentario:

José Antº Romero Lluch dijo...

Amigo baldomero.

¡Qué envidia me dan esos puestos!

Ya no es sólo los años que llevarán las piedras, sino los secretos que deben encerrar.

¡Cuántas faenas habrán presenciado!

Afortunados sois los que podéis conservar esas reliquias.

Un abrazo.