Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

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8 de diciembre de 2009

Sirvasen Ustedes esta listo para comer


Este es uno de los mejores momentos de la cacería, el llegar al cortijo y encontrarte la mesa lista para comer. Mientras algunos cazadores disfrutaban con sus perros de buenos lances en el monte, otros cazadores preparaban el arroz, para tenerlo listo para comer a hora fijada, hoy le toca a uno mañana le tocara a otro.
Es el mejor momento, cada uno cuenta su anécdota, lo que le paso con el conejo, que se le fue, que si le estorbo la mata que si la encina, que la liebre me salio para atrás, no le pude tirar por que el perro me la tapaba, etc etc, y entre cuchara y cucharada de arroz, trago de vino a la bota, cerveza con y sin, hemos pasado un ratico de p..... madre.
Desde aquí quiero darle las gracias, a mis amigos. Francisco y Juan del Águila, por invitarme a cazar a su coto, y hacerme pasar un día de los que siempre recordare como un buen día de caza.
Muchas gracias a los dos Juan y Paco

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