Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.
Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.
El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.
1 comentario:
A los 5 minutos, Canela, nos ha ganado a todos. Me ha encantado, es preciosa.
No te preocupes por nada, la voy a cuidar lo mejor que pueda, y espero que nos hagamos una pareja de caza inseparable, a pesar de no haber cazado nunca con podencos, espero que nos compenetremos y, si Dios quiere, que estemos juntos muchos años.
Muchas gracias por todo, ya recibirás noticias de Canela por Emilio, y si en cualquier momento la quieres ver, en Zaragoza tienes un amigo y una casa para cuando quieras.
Un abrazo muy fuerte.
Manuel.
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