Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

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29 de noviembre de 2009

Que pena de la agricultura de mi Almeria,



He aquí 20.000 kg de calabaza, recogidos hace dos meses y aun están sin vender, pues no tienen precio, así que llevarlas al mercado para venderlas el agricultor que las crió, la factura le saldría por menos 100 ó 150 € . Así que tendría que poner dinero encima, que os parece amigos.


Nunca hay que olvidar que lo que comemos se cría en el campo y gracias tanto a los agricultores como a los ganaderos

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