Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.
Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.
El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.
Estas son algunas fotos, de como ha estado mi coto estos días. Fotos para el recuerdo pues ver la nieve aquí es un poco difícil. Sera por lo del cambio climático.
Esta es la entrada al cortijo de mi amigo Luis, que gracias a el en estos días se agradece mucho, el poder tener un techo para cobijarse. 
Esta es la parte alta del coto, El Collao Garcia a casi 1300 m de altitud, aquí cuando la perdiz esta bien para cazarla es en el mes de marzo y no ahora.
Este es el mejor roalillo en estos días. Una vez mas le doy las gracias a mi amigo Luis Egea, por dejarme su cortijo, la verdad que estos días se agradece un montón, el poder tener un rinconcito, para echar una buena lumbre.
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