Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

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4 de febrero de 2010

Su 3º puesto. Tiros cero

Este fue el puesto de mañana o de sol, de ayer 3-02.10 son los puestos que doy yo, son dos uno de mañana y otro de tarde, dependiendo del cante de las camperas, son mas cortos o mas largos, en mi coto en los años que llevo cazando, no solamente a mi sino a los demás compañeros, es muy difícil que una perdiz te entre en plaza, sin estar como mínimo una hora o hora y media, dándote vueltas por los alrededores, y como te vea entrar o salir ya ni te cuento. Este es el pollo que tengo de dos celos, que estoy intentando haber si le tiro por lo menos uno o una, que lo veo muy difícil, ya que ni el tiempo ni el celo se ponen de acuerdo, con los días permitidos de caza por ley.

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