Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

Páginas

13 de febrero de 2011

OTRA SEMANA EN BLANCO.

Este es mas o menos, el resumen de toda la semana, otra semana mas en blanco, la perdiz aquí es muy difícil de verla, oírla las oyes por todas partes, cantan, cantan y recantan, hay veces que parece que se van a comer tu reclamo, te rodean cuatro o cinco machos, cocojorrr cococojorrr y conene conene, y así casi todo el tiempo que estés metido en el puesto, no en todos pero casi en todos, pero entrar en plaza ni empujándoles entran, en esta zona donde cazo es el doble de sufrimiento, que en otras zonas, así que si la caza del reclamo es sufrida, pues aquí en mi zona es el doble de sufrimiento.
Este pájaro es GIBALBIN, que es el único que de momento da la cara, este sábado le di dos puestos, el de por la mañana de diez y media a doce, y por la tarde de cuatro a seis, por ver hasta donde es capaz de llegar, y no tiene el tío limites, lo pongas donde lo pongas, y a la hora que lo pongas. Que haría este pajarillo en un coto de esos que entran las perdices, un poco facilonas.

4 comentarios:

José Antº Romero Lluch dijo...

Compañero Baldomero.

Eso si que se llama afición. Cuatro o cinco horas sentao y sin vender una escoba.

Lo que hacemos los jauleros no lo hace nadie.

Un saludo. Jose Antonio

José A. Martinez del Hierro dijo...

Amigo Baldomero, ya sabes que no me prodigo mucho en comentarios ultimamente, pero hoy que el tiempo no me ha dejado colgar porque casi me lleva el viento por delante, me animo a contestar tus lamentos acerca de lo puñeteras que están las camperas, animándote, si cabe un poco mas y solidarizandome contigo desde el mismo lamento que yo también entono y sufro.
¡Vaya pica que llevamos!. Para olvidar.
Las pájaras cantan, pero no se mueven; los machos se mueven, pero no cantan y eso de dar la cara, nada de nada. El viernes tuve un par de esas serranas, sin pisar plaza, merodeando en las cercanías del puesto, sin salir del monte, mas de hora y media para, al final, desaparecer y dejarme a mi con un palmo de narices y a mi pájaro, ya veterano, desarmao. Así que arriba ese animo amigo, que estas camperas lo valen, aunque sean puñeteras.
Suerte y un fuerte abrazo

Mi pollo dijo...

Hola, Cazador libre, el sábado abatí un macho, el problema creo que esta, que en esta zona, siempre se ha cazado del veintidós de febrero, al treinta y uno de marzo, que es cuando esta la perdiz mas o menos buena en esta sierra, si aun se ven bandos, para decirte que en el coto colindante al mio, abatió un tío once en el mismo puesto, un bando entero, que te parece.
Un saludo desde Almeria

José A. Martinez del Hierro dijo...

Si es que llevamos un celo incomprensible (un año mas), al menos para los que nos atrevemos a confesarlo. Para colmo, nos han rematao con el adelanto de una semana; medida esta (otra mas), a todas luces, que solo busca el provocarnos cabreo y aburrirnos, a ver si dejamos de practicar el reclamo.
Mira Baldomero, el viernes yo tambien abatí un gran macho de esos de cinco garrones, pero la hembra me dijo que si quieres arroz...Y eso que mi pájaro le cantó todos los salmos, amoríos y rogativas. Ni por esas. La pájara no quería camelos.
Pues dicho esto, tras terminar el puesto, paso a lo que vamos: me di una vuelta para buscar donde hacer el de tarde y, ¡pasmate!, sorprendí un bando de una docena al resguardo de una linde. Y no eran todos machos, no, Había también hembras. Fíjate la época que estamos ya y mira como está el campo de mal también aquí, por tierras toledanas. No hay quien lo entienda. Lo malo de esto que que siempre hay algún desaprensivo. Ya sabes a lo que me refiero.
Solo nos queda paciencia, amigo, como siempre, renovar la ilusión por esto, aunque solo sea por dar por saco a todos estos listos que quieren amargarnos la afición alterando las fechas sin motivo científico que lo justifique.
Un abrazo,
José Antonio