Que me gusta una escopeta y un perro con buenos vientos, y una vezana de trigo y una sombra para yo verlo. Y que se arranque una liebre como el viento ligera, y que la corra mi perro, y que la alcance a mi vera. Y me gusta disfrutar de mi escopeta y mi perro, y de una copa de vino, y de los hombres cabales que al campo vienen conmigo.

Mi perro bebe en mi mano si vamos de cacería, y espera que se la de de la cantimplora mía. Y no teme a los barrancos ni a los caminos cortaos, porque mi perro confía que su amo está a su lado. Cuando mi perro me ve con la escopeta encará, se queda fijo mirando para ver dónde voy a tirar. Y si ve que no disparo, me avisa con un gemido para que la próxima vez, no me coja distraío.

El mejor trago de vino yo me lo tomo sentado, esperando que mi perro me traiga lo que he cazado. Un pajarillo perdiz, que lo alicorté de un tiro en lo alto de un collado y se escondió entre los trigos.

Páginas

13 de enero de 2010

No todo es caza

Una de las cosas buenas que tiene mi tierra, y de lo que se disfruta aquí en Almeria, es para ir haciendo boca, hasta que llegue el día 21 que ya se me esta haciendo cuesta arriba.
Oye me ha gustado lo de mi amigo Joaquín. Un abrazo extensible a toda la familia cuquillera.
Baldomero.

1 comentario:

Eufemio dijo...

Si señor..! eso que no falte, buen vino y buen marisco..despues la escopeta al hombro y a salir al campo..saludos cordiales